Alguna efímera alegría

Alguna efímera alegría

La política pudo sortear sus diferencias de cara al 24 de marzo y primó el sentido común. La conformación de la mesa directiva del PRO generó distintas lecturas, pero más allá de las especulaciones, parece inevitable una alianza con LLA lo que pondría en riesgo el acuerdo que Montenegro tiene con el radicalismo y por lo tanto a toda la gestión municipal.

lunes, 25 de marzo de 2024

Fue una semana agitada en la política vernácula. La previa al 24 de marzo tensó algunas posiciones hasta casi llevarlas al límite pero la habilidad de algunos actores impidió el grotesco. La representación política se expresó a primera hora del domingo en el Concejo Deliberante con la presencia de todos los bloques políticos y horas más tarde una multitudinaria marcha recorrió las principales calles de la ciudad. Nuestras felicitaciones a quienes saben que son merecedores de las mismas.

 

Algunas buenas noticias marcaron la agenda del intendente Guillermo Montenegro pese a que estuvo de licencia buena parte de la semana.

 

La inclusión del jefe comunal en la nómina de autoridades del PRO fue recibida con algarabía, ya que de alguna manera se garantiza estar en el escenario en donde tendrá lugar la puja interna de cara a las próximas elecciones. También es verdad que Montenegro necesita jugar en mesa esa porque las finanzas locales pueden poner en jaque la gobernabilidad. El replanteo en la relación con Axel Kicillof no durará para siempre. La mutua cortesía tiene un límite.

En muchas de estas columnas hablamos de la dependencia del Municipio de General Pueyrredon con el poder central. Esta dependencia se remonta al fallido intento de reforma constitucional provincial en el que no se incluyó el régimen de Autonomías Municipales. La región Mar del Plata tiene las características de una provincia pero la autarquía de un pequeño poblado de no más de 20.000 personas.

 

Por este motivo el jefe comunal necesita poder de fuego en un contexto de posible fusión entre La Libertad Avanza y el PRO, ya que todos sabemos que los popes libertarios locales no comulgan con su gestión luego que Montenegro los expulsara de la misma.

 

La historia se repite una y otra vez. Daniel Katz debió comulgar con la Concertación Plural, Gustavo Pulti con el Frente para la Victoria y Guillermo Montenegro deberá sucumbir ante La Libertad Avanza. Aquí surge una duda en relación a si los alcaldes de turno antepusieron sus ambiciones personales o cedieron a cambio de gobernabilidad. Quizás ambas cuestiones vayan de la mano, lo cierto es que Montenegro no podrá escapar a la regla, resta saber cuál será el costo y si el potencial beneficio es colectivo o solo individual.

 

Esta situación deja al desnudo la endeblez del acuerdo entre el PRO y la UCR. Algunas escaramuzas en redes sociales demostraron la fragilidad de la relación entre dirigentes de peso, al menos en los papeles. Lo cierto es que diariamente se pone en juego la unidad en el interbloque del deliberativo.

 

La oposición encontró un mecanismo que expone las diferencias ideológicas entre los socios aunque hasta ahora los concejales oficialistas lograron mostrar madurez y un compromiso inclaudicable con la gestión.

 

De más está decir que el radicalismo es parte importante de la gestión municipal, tan es así que es imposible imaginar una ruptura pero también es complejo que la tolerancia sea la constante, más aún en una gestión que recién comienza y que afronta muchas dificultades.

 

Más allá de los esfuerzos intelectuales no podemos adelantar cuál será el posicionamiento del radicalismo local frente a algunos escenarios políticos. Hasta ahora los radicales han demostrado ser hábiles equilibristas.

 

Las buenas noticias no se agotaron en la nueva mesa directiva del PRO: la nominación de Ariel Lijo para ocupar un lugar en la Corte Suprema fue muy bien recibida en la oficina del jefe comunal.

Existe una buena relación entre Montenegro y Lijo, el postulante a cortesano compartió en la previa de los festejos por los 150 años una cena con el intendente como anfitrión y la asistencia de Rogelio Frigerio, Diego Santilli y Alejandro Rabinovich entre otros comensales. Todo tiene que ver con todo.

 

El alcalde y su entorno analizan cada señal del entorno político en búsqueda de algunas pistas que le permitan estar un paso adelante en la construcción de un escenario favorable. Es cada vez más difícil imaginar cómo funciona la lógica cotidiana del poder, por momentos abruma de solo pensarlo.

 

Cuando muchos de ustedes estén leyendo esta nota el boleto del transporte tendrá un valor de $750. El aumento pasó desapercibido en este contexto de inestabilidad, pero se hará notar en el día a día. Nos resta saber si el Ejecutivo también hará uso inmediato de la emergencia o solo acumulará oportunos ajustes tarifarios. El tiempo lo dirá.

 

La recaudación sigue siendo un dolor de cabeza para la gestión. Los sueldos no se pagan con tuits explosivos o librando la interminable batalla cultural. Las gestiones locales no tienen herramientas suficientes para sobreponerse a una crisis y los lugartenientes del jefe comunal lo saben. Quizás por esto sea indispensable construir puentes confiables que no dependan de un gobernador que ya descartó ser parte del posible “Acuerdo de Mayo”. Al fin y al cabo todo gira en torno a los premios y castigos.

 

La alegría es efímera, y el agotador trajín de la gestión te aplasta pero en definitiva en un contexto de malas noticias casi constantes, esta semana a Montenegro y su entorno nadie les quita lo bailado.

 

En unos días nos reencontramos. Hasta la próxima.

 

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